थे Management

किड्स, प्रिमेर सिंगल देल प्रिमेर एल्बम दे थे मनागेमेंट। एस्ते विएर्नेस एन ला साला हेइनेकें, intentarán, कों अयुदा दे तेलोनेर्नोस, हसर कुए सु último य único कद, दूर लो सुफिसिएंते कामो पारा अमोर्तिज़र २५ € दे एन्त्रदा......
या veremos

The Wonder Years

Todos conocemos la manía de TVE de comprar series americanas con 20 años de retraso y enchufárselas a los niños los sábados y domingos por la

mañana.
Estas series setenteras eran muy muy reconocibles, todas tenían una definición de mierda, un sonido aún peor y parecía que alguien estaba fumando justo debajo de la cámara. Pero todos sabemos también que enganchaban.
Yo siempre quise ser miembro de la tribu de los Brady o vivir en la casa de la pradera, pero a mis 7 años, me tenía que conformar con 2 hermanos y mi casa en Gijón.



Si, como yo, tu sueño era llamarte Penélope Glamour y conducir un bólido rosa, aquí tienes la fórmula para pasar unas horas en los 70 (si no tienes la suerte de conocer a Doc).
Te recomiendo empezar con una maratón de capítulos polvorientos de Rin-tin-tin, embrujada, los Picapiedra o Batman (el de las peleas chulas con efectos sonoros de última generación) acompañados de atemporales cereales.


Cuando recuerdes de memoria los nombres de todos los niños Brady, será el momento de dejar la fase televisiva del revival, ponerte una cinta de tenista en el pelo y salir hacia la calle del Pez, en Madrid, donde están The Beauty Bar y El Palentino. El primero, pretende recrear la frivolidad de los 60s y 70s y tiene una web digna de verse (http://www.beautybar.com/), y no hay más que mirar al Palentino para darse cuenta de que es de la época en la que Rin-tin-tin aún ladraba. No pretendo aquí describir El Palentino, porque me supondría mucho esfuerzo mental, sólo digo que tiene ese toque chungo de irrealidad que tanto mola, y también, que tiene myspace (http://profile.myspace.com/index.cfm?fuseaction=user.viewprofile&friendID=160451127).


Siguiendo la línea rarita del día, lo mejor es pasarse por la tienda vintage Holala, justo enfrente del Palentino, donde miles de prendas polvorientas se mueren por tener una segunda (o tercera, o cuarta) oportunidad [aquí conviene saber distinguir entre moda y cutrería, (unos calcetines NO son vintage, sólo son viejos)].
Antes de cerrar esta brecha temporal, lo mejor sería rememorar los mejores capítulos de El Equipo A con tus amigos mientras engordas al más puro estilo de Sandy y Danny en Peggy Sue's (http://www.peggysues.es/, Conde Duque o en la Glorieta de Bilbao), con batidos de helado, chicken fingers bañados en mostaza de miel y hamburguesas imposibles entre colores pastel, máquinas de discos y jarras de café.




(este plan está dedicado a maría, que me diría que sí aunque tuvieramos que meternos en una máquina del tiempo)

Heineken y Amigos previas Cremas y Castigos

Este es un plan doble para ese clásico sábado de otoño en el que, aunque ya has planeado salir por la noche a gambitear,  no tienes nada que hacer por la tarde porque en cine de barrio vuelven a repetir marisol.

Yo propongo lo siguiente:

Dedícate a cocinar postres verdaderamente malvados con música de fondo  y un té mientras lees cómo murió el sr.Hillingdon en el Caribe e intentas dilucidar quién es el culpable.

 

Para ello necesitaremos:

Cremas y castigos, los mejores postres criminales de Agatha Christie (contiene recetas de platos y postres que en sus novelas sirvieron al asesino como arma asesina)

CD Complete Clapton, Eric Clapton (conmutable por algo que no tenga nada que ver con el canto del loco, pereza, pignoise y compañía)

Yorkshire tea (o cerveza, copazo, cocktail, pero no caigáis en la cocacola)

El libro Misterio en el Caribe (hey, cualquier cosa con letras servirá)

Una vez conseguido todo lo anterior, lo siguiente será poner la música y preparar el té. Tras escoger una de las 88 recetas, excluir cuidadosamente de la fórmula el arsénico o la estricnina (si nos interesa), y ponerse manos a la obra, que a todo el mundo sabe hacer plum-cakes. Mientras el elemento crece, se cuece, se dora, o se quema en el horno, puedes comenzar el libro y meterte en situación, pintarte las uñas de los pies, intentar no pensar en osos polares, intenta mover cosas con la mente o pregúntate por qué el agua  moja. Cuando te canses de todo esto, probablemente ya sea la hora de sacar tu malvado malvado postre de la caja ardiente.

 Aquí empieza el plan nocturno que, se supone, ya tenías pensado de antemano. Por si acaso y si tienes la suerte de estar en Gijón, El Clan Irlandés, El Clan, bareto de copas oscuro y ruidoso donde es fácil como en ningún sitio robar vasitos de pipas de barra. No pasa lo mismo con el espejo del baño,los dueños deben de ser conscientes de las pasiones que despierta ese pedacito de reflejo, y lo han alicatado. The killers, Kaiser Chiefs, RHCP o Incubus es lo más frecuente. Básicos clásicos. Calle Begoña nº10, afortunado.

Café DAM

Sea la hora que sea del dia que te parezca del año que proceda, es un buen momento para ir al Dam. Porque SIEMPRE es un buen momento para ir al Dam.

El Dam es el primer pub de la noche, el último, la burbuja en la que te gustaría meterte a mutar después de una resaca.

Modelo de bar amsterdamés con sótano lleno de puffs, donde el humo más común no es el del tabaco, programan música en directo, pop indie sessions, proyecciones... 

Asímismo, es conveniente saber que las magdalenas son lo único comestible de entre todo lo que ofrecen.

La entrada es libre, incluso con conciertos, y aunque por semana cierran a la 1.30, los fines de semana lo puedes encontrar abierto hasta las 6 (en qué otro sitio puedes encontrar té americano con galletas a las 6 de la mañana?!). Incluso con un poco de suerte y en el colmo de la sofisticación, es el día del cocktail (miércoles). 

En fin, menos mal que este sitio no está en Madrid... 

c/San Agustín 14. 33203, GIJÓN

...cheers...

DEMASIÉ

     

Como su propio nombre indica, este establecimiento es way too much. Galletas al estilo americano (las hermanas mayores y con problemas de sobrepeso de las María) de todos los sabores que te puedas imaginar.

Existen 2 explicaciones: o bien los reposteros adulteran sus galletas con cocaína mientras se ríen a carcajadas terroríficas y una luz los ilumina desde abajo, o una bisabuela les legó la receta de la galleta perfecta.

La única pega de estas galletas del infierno es que la bolsa de papel en la que vienen envueltas se queda transparente a los 2 minutos, lo cual me hace situar el porcentaje de grasa en torno al 80-90%.

Además de las tradicionales galletas de chocolate, vainilla y nueces, en DEMASIÉ puedes sufrir un ataque coronario comiendo galletas de mostaza, sobrasada o pimienta.

Y mientras esperas al SAMUR puedes entretenerte leyendo uno de los libros de recetas que se venden aquí, tomarte un té e incluso pensar cuál va a ser tu primera galleta tras salir del hospital. Porque ya os he hablado de su efecto adictivo, right?

Atención, el efecto placentero-anabolizante de estas galletas se puede potenciar si, mientras te las tragas, escuchas Catching Tales de Jamie Cullum. Pero cuidado!! Una galleta debería durarte al menos 2 canciones!

 

THE WHITE BAR

Supongamos que estás con amigos en Barcelona. 

Por una noche decidís cambiar el bocata de lomo con queso por algo intermedio entre el Ritz y McDonalds.  Muy bien, entonces NECESITÁIS ir a WHITE BAR.  

Este es, sin duda, uno de los sitios más raros en los que he cenado. Se trata del restaurante del hotel CHEAP AND CHIC, situado en el 50 de la calle de la Princesa, en Barcelona.

Su aspecto es tan peculiar que atrae irremediablemente la atención de todo aquél que pasa por delante. Las mesas, separadas por velos verdes, están sumergidas en un ambiente de luz intensamente violeta. Esto hace que, tras pasar un par de horas ahí dentro, el resto del mundo tenga un velo amarillento de lo más bizarro.

La carta es un poco limitada pero los platos son deliciosos, el aire relajado y la música, bajita.  Y a los que les guste ir a explorar mientras traen el pan, les diré que por las escaleras que bajan al servicio, hay una puerta y unas escaleras que llevan al primer piso del hotel, que es digno de verse (decoración radicalmente diferente en cada planta), e incluso a los pasillos de las habitaciones. Y no suele estar cerrada con llave. Pero como dudo que las excursiones estén permitidas, este último dato es meramente informativo.

WHITE BAR es una buena idea si tenéis pensado ir de copas más tarde, porque no es caro y al situarse en la nueva zona de moda de Barcelona (barrio del Born), está rodeado de cocktail bars. 

Pero eso ya es otra historia.