sábado, 12 de abril de 2008

THE WHITE BAR

Supongamos que estás con amigos en Barcelona. 
Por una noche decidís cambiar el bocata de lomo con queso por algo intermedio entre el Ritz y McDonalds.  Muy bien, entonces NECESITÁIS ir a WHITE BAR.  
Este es, sin duda, uno de los sitios más raros en los que he cenado. Se trata del restaurante del hotel CHEAP AND CHIC, situado en el 50 de la calle de la Princesa, en Barcelona.
Su aspecto es tan peculiar que atrae irremediablemente la atención de todo aquél que pasa por delante. Las mesas, separadas por velos verdes, están sumergidas en un ambiente de luz intensamente violeta. Esto hace que, tras pasar un par de horas ahí dentro, el resto del mundo tenga un velo amarillento de lo más bizarro.
La carta es un poco limitada pero los platos son deliciosos, el aire relajado y la música, bajita.  Y a los que les guste ir a explorar mientras traen el pan, les diré que por las escaleras que bajan al servicio, hay una puerta y unas escaleras que llevan al primer piso del hotel, que es digno de verse (decoración radicalmente diferente en cada planta), e incluso a los pasillos de las habitaciones. Y no suele estar cerrada con llave. Pero como dudo que las excursiones estén permitidas, este último dato es meramente informativo.
WHITE BAR es una buena idea si tenéis pensado ir de copas más tarde, porque no es caro y al situarse en la nueva zona de moda de Barcelona (barrio del Born), está rodeado de cocktail bars. 
Pero eso ya es otra historia.

1 comentario:

Iñaki dijo...

Sólo dices que eso es otra historia porque no existen recuerdos en tu mente después del primer cocktail. That's why.

xx